Y se afana en hacerlo bien. Por eso relee y corrige. Se esfuerza por encontrar la expresión más adecuada. A pesar del tono jocoso este texto podría servirnos muy bien como referente en cuanto a valorar nuestra actitud ante la escritura. Siempre en revisión y siempre releyendo y corrigiendo.
JOURDAIN. -… Y ahora es preciso que os haga una confidencia. Estoy enamorado de una dama de la mayor distinción, y desearía que me ayudarais a redactar una misiva que quiero depositar a sus plantas.
FILÓSOFO. -No hay inconveniente.
JOURDAIN. -Será una galantería, ¿verdad?
FILÓSOFO. -Sin duda alguna. ¿Y son versos los que queréis escribirle?
JOURDAIN. -No, no; nada de versos.
FILÓSOFO. -¿Preferís la prosa?
JOURDAIN. -No. No quiero ni verso ni prosa.
FILÓSOFO. -¡Pues una cosa u otra ha de ser!
JOURDAIN. -¿Por qué?
FILÓSOFO. -Por la sencilla razón, señor mío, de que no hay más que dos maneras de expresarse: en prosa o en verso.
JOURDAIN. -¿Conque no hay más que prosa o verso?
FILÓSOFO. -Nada más. Y todo lo que no está en prosa está en verso; y todo lo que no está en verso, está en prosa.
JOURDAIN. -Y cuando uno habla, ¿en qué habla?
FILÓSOFO. -En prosa.
JOURDAIN. -¡Cómo! Cuando yo le digo a Nicolasa: «Tráeme las zapatillas» o «dame el gorro de dormir», ¿hablo en prosa?
FILÓSOFO. -Sí, señor.
JOURDAIN. -¡Por vida de Dios! ¡Más de cuarenta años que hablo en prosa sin saberlo! No sé cómo pagaros esta lección… Pues lo que quisiera decir en esa carta es esto: «Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor». Esto, pero redactándolo con galanura… dándole una vuelta, un giro gracioso.
FILÓSOFO. -Podéis agregar que el fuego de sus ojos reduce vuestro corazón a cenizas, que sufrís día y noche las violencias de un…
JOURDAIN. -No, no, no; nada de eso. No quiero decirle más que lo que os he dicho: «Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor».
FILÓSOFO. -Es necesario estirar eso un poco…
JOURDAIN. -Os repito que no. No quiero escribir más que esas palabras, pero dándoles una forma elegante… Id redactando de diversas maneras para que yo vea … Os lo ruego.
FILÓSOFO. -Puede redactarse primeramente como vos habéis dicho: «Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor». O bien: «De amor morir me hacen, linda marquesa, vuestros hermosos ojos». O de este otro modo: «Vuestros ojos hermosos, de amor me hacen linda marquesa, morir». O en esta forma: «Morir, vuestros ojos, linda marquesa, de amor me hacen». O diciendo: «Me hacen vuestros ojos hermosos morir, linda marquesa, de amor».
JOURDAIN. -Pero de todas esas maneras, ¿cuál es la mejor?
FILÓSOFO. -La que vos habéis dicho: «Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor».
JOURDAIN. -¡No he estudiado y, sin embargo, acierto al primer golpe!… Os doy las gracias de todo corazón, y os ruego que vengáis mañana temprano.
FILÓSOFO. -No faltaré. (Sale.)( de «El Avaro» de Molière )
Y para que no todo sea TEORÍA el ricachón de la corte ha empezado a darle vueltas a otra nueva frase. ¿Puedes ayudarle?
«Entre los raíles de las vías del tren mueren las flores suicidas»(gregería de D. Ramón G.de la S.)
O esta otra: «La camisa planchada nos espera con los brazos cruzados» También de Don Ramón)