Esta es la historia que aún no os había contado sobre mi vida. Nada menos que los orígenes de los orígenes de mi existencia. El género literario que he escogido para ella es el de la autoficción, que está tan de moda en la nueva literatura postmoderna. Se trata de remontarse a nuestros padres y recrear sus vidas, (habrá que informarse un poco) de esa manera justificaremos por qué estamos aquí vivitos y coleando que se dice. Por otro lado vamos a tener que inventarnos algo, algo que no es verdad pero que podría haberlo sido.

Aquí entra ya en juego nuestra imaginación y nuestros caprichos. Como podéis ver en el ejemplo que os enlazo yo me di el capricho de que mis padres se conociesen a bordo de un barco. Así ya tengo disculpas para irme de crucero siempre que me apetezca (cuando me jubile).
Para que yo me llame Javier como ahora me llamo fue necesario que mis padres, Eleuterio y Dolores se conociesen. Y eso no fue fácil ya que sus vidas empezaron en lugares muy distintos. Desde el interior de Castilla mis abuelos maternos emigraron al País Vasco y allí es donde nació mi madre. Las dificultades de la guerra interrumpieron su infancia y la arrastraron a través de un exilio de varios meses, por Francia hasta Catalunya y posteriormente de vuelta a casa, a la que ella consideró su casa, Donosti, San Sebastián. Sin apenas formación le tocó trabajar y vaya si lo hizo. Entró como chica para todo en casa de un capitán de la marina.
Mi padre tuvo unos comienzos mucho más simples. Enraizado en uno de los parajes más idílicos de La Rioja, no se vio a sí mismo en ningún otro lugar. Solo la mili lo sacó por un tiempo de aquel entorno natural en el el deporte, el único que se practicaba era el cinegético, la caza. A veces también la pesca. La mili lo llevó a Bilbao.
Y ya podéis imaginar cómo fue su encuentro. Se trató de una rutinaria despedida en barco del capitán a quien servía mi madre. Mientras ella recogía los platos mi padre abandonaba su obligación de vigilar las puertas del camarote y dejaba a sus ojos perseguir los movimientos ágiles y armoniosos con los que mi madre iba y venía desde la cocina al comedor.
Entenderéis que mi despedida de soltero la haya realizado a bordo. Ha sido una experiencia “histórica”.
Y por otra parte la organización ha sido impecable.
http://www.despedidasenbarco.com/para-yo-llame-javier/