Presume de revista. Tienes que decirle a un familiar que quieres enseñarle tu revista de Flipboard o los trabajos de tu blog o simplemente todo lo que hasta ahora levas escrito, (que si sigues nuestros planes de redacción ya debe ser mucho) para que te dé su opinión y que te diga qué le parece y qué es lo que le gusta más de todo lo que has escrito y que si le gusta o no y que estás muy orgulloso u orgullosa de tu trabajo y que piensas continuar así y todo eso. Con lo que te diga haces una nueva entrada en tu blog que luego flipearás y en estilo indirecto nos explicarás que la conversación ya la has hecho y qué ha sido muy interesante y que lo que te han comentado es que tu mejor entrada es esa en la que te inventas las aventuras que le pasan a Pachi Patas o que quizás no es esa que es otra, tú mismo.
A tener en cuenta: enseñar todo lo que has escrito y utilizar correctamente los estilos directo e indirecto, según tus habilidades.
– Gracias por tu silencio.
-¿mi silencio?
-Sí, con poca gente se puede estar sentado a su lado y en silencio. De vez en cuando lo agradezco.
– … de nada, supongo.– ¿Has leído Anna Karenina?
-Lo empecé, pero los nombres rusos me eran impronunciables.
-¿Crees en las pasiones como las fuerzas dionisíacas?
-Creo en la intensidad que les otorguemos a nuestros sentimientos.
-¿Y actualmente siguen existiendo esas pasiones irrefrenables?
-Sólo para la gente que lee a Tolstoi… Fuera bromas, claro que sí.
-Las ahoga la ciudad…
-… o el campo, da igual. Las ahoga la cotidianeidad.
– ¿Y has leído La sonámbula en la ciudad-laberinto, de Gisbert?
-Algo recuerdo…
-¿Crees que vamos sonámbulos por la vida?
-Estamos despiertos, pero no abrimos suficiente los ojos.
-Será que no nos sorprende nada.
– ¿Por qué hoy comienzas preguntando por libros?
-Será que sólo allí me siento andando en tierra firme.
-En los mundos que no existen.
-Exacto…
Hay conversaciones que no tienen desperdicio: son sentidas, transmiten verdades sinceras, se apoyan en el otro, … Son las menos. La mayoría de las veces hablamos por hablar. Da igual que lo hagamos de viva voz o con un móvil última generación, este LG Viewty (LG-KU990) por ejemplo. Y no digamos de los últimos modelos con cámara de vídeo y todo tipo de prestaciones, los LG Viewty, en este sentido son únicos. Pero más allá de tanta tecnología lo que quisiera pedirte es una conversación con sentido. Algo más que el típico «estoy aquí y me pasa esto». Bueno, pues eso. Una conversación con encanto.
Por cierto una conversación en whatsapp estaría muy bien, también.
Una de las habilidades que se ha de tener cuando escribimos es la de manejarnos con soltura en la presentación de diálogos y conversaciones. Todo el mundo sabe qué es el estilo directo y el estilo indirecto. Es eso precisamente, la presentación directa de los diálogos, o de forma indirecta a través de una narrador que cuenta dicha conversación. Lo mejor es leer este pequeño fragmento de «Los Detectives Salvajes» justo en el momento en el que la secretaria de Octavio Paz, Clara, pone en contacto a su jefe con Ulises Lima, máximo representante de los poetas real visceralistas mejicanos:
Y entonces le dije: ¿sabe usted quién es el señor que está sentado allí? Y el dijo: sí, lo sé. Y yo le dije (debía asegurarme): ¿quién? Y el dijo: es Octavio Paz. Y yo le dije: ¿quiere venir a sentarse con él un ratito? Y él se encogió de hombros o hizo un gesto parecido que interpreté como afirmación y ambos nos encaminamos al banco desde donde don Octavio seguía interesadísimo todos nuestros movimientos. Al llegar junto a él me pareció que no estaría de más hacer una presentación formal, así que dije: don Octavio Paz, el poeta real visceralista Ulises Lima. Y entonces don Octavio, al tiempo que invitaba al tal Lima a tomar asiento, dijo: real visceralista, real visceralista (como si el nombre le sonara a algo), ¿no fue ése el grupo poético de Cesárea Tinajero? Y el tal Lima se sentó junto a don Octavio y suspiró o hizo un ruido raro con los pulmones y dijo sí, así se llamaba el grupo de Cesárea Tinajero.
Y la propuesta que nos planteamos es
recontruir una conversación que podríamos haber tenido. Que nos cuesta empezar, nos fijamos en el ejemplo. Bolaño es un maestro en «recordar» conversaciones. Y el contenido puede ser de lo más trivial. Ya hicimos unas
conversaciones con mama en esta misma línea. Ahora aportamos un nuevo ejemplo y es como si repitiésemos el ejercicio. Pero claro, esta vez es con la ayuda de un grande.
Propuestas de escritura para alumnas y alumnos de secundaria